6.5.10

Las horas

iban pasando en el reloj de cuco. Nuestras manos presas, las unas de las otras, nos unen todo el día. Nos miramos, nos besamos, nos deseamos, nos queremos.
Las flores del jardín ya están maduras y pintan nuestros días de salón con toques calídos y con toques fríos. Hay un timbre en la puerta, pero lo hemos desconectado para que no nos molesten, por que nos apetece estar en un nosotros continuo durante un tiempo.

1 comentario:

La chica paracaídas dijo...

sólo un tiempo,o un tiempo infinito
que son cosas diferentes