16.10.10

Perder la mirada y sufrir de jaquecas

Esa sensación de no saber que decir pero querer decir muchas cosas, me recorre el cuerpo entero. Ya son dos semanas observando la belleza en movimiento. Estoy encantado de la vida, pero la vida son más cosas y me agobian. No sé si es que soy demasiado inmaduro para aceptar toda la realidad y entender que tengo que luchar mucho en este mundo en el que todo se complica porque el ser humano quiere. Las cosas son tan difíciles a medida que crecemos porque nosotros mismos queremos. Cuando alguien no quiere, se tiene que joder, porque los que le rodean se siguen comportando igual, y tiene que aceptarlo. Yo no quiero que la gente se complique la vida. Es como si tuvieramos un laberinto de los que hay que resolver el camino que lleva a la salida, y en lugar de avanzar hacia el final, nos quedamos dando vueltas dentro. Así es nuestra forma de pensar, en lugar de ir más allá, solucionar las cosas y hacer que funcionen bien, preferimos complicar la vida de los demás para que la nuestra sea mediocremente mejor.
Espero no ser el único que tiene la sensación de que el mundo hay un momento en el que se vuelve loco y aunque se use la palabra RAZÓN, es lo que más falta en el compotamiento de éste.

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