El día de la huida

¿Lo oyes? son dos niños llorando, en el parque dándose la espalda. Hace frío, se encojen, llevan así un buen rato, y ninguno mira atrás, hasta que uno de ellos ya no aguanta más y sale corriendo necesita unos brazos que le abarquen, que le sujeten y le calmen, pero sus padres no están por que es huerfano, hace tiempo sus padres descubrieron que no era su hijo y lo olvidaron, sufriendo en silencio, habían vivido una mentira. El niño huye, todas las mañanas sigue el rumbo por las carreteras donde sus pasos le guían buscando ese calor primitivo que añora, por las noches sumerge su vida en el sueño, donde algunas veces encuentra ese lugar y otras vive una pesadilla. Cerca del mar ya se acerca al lugar, que dejó, que se parece, que no está, que va y que viene.