La ciudad cambiante

En esta ciudad la gente no suele hablar demasiado, por qué todo es a la manera que cada uno desea. Si tú quieres que al salir de comprar de la tienda te espere una limousine y te lleve a casa, entonces cuando sales de comprar hay parada frente a la tienda una limousine esperándote. Por eso, no muchas veces se ven a grupos de gente hablando por que la mayoría de la gente lo que quiere cuando ve pasar a alguien que conoce es no verse en la obligación de saludarlo.
Igual puedes ver a un hombre subiendo por la fachada de un edificio que alguien saliendo del suelo. El otro día recuerdo que me sorprendió mucho ver como un grupo de amigas aterrizaban en medio de la avenida con sus grandes alas rosa fosforito. Que horteras pensé, no quiero ni verlas, y de repente desaparecieron de mi vista. Después continué con mi paseo, y encontré ante mí una gran extensión de selva que alguien había pensado para adentrarse en ella, yo preferí atravesar un río que apareció a mi derecha para llegar a una enorme plaza que veía por primera vez, era muy bonita, ¿quién la habrá inventado?, me pregunté y sonreí contento de ver, que en esta ciudad cambiante siempre hay algo nuevo que ver.